Introducción
La cirugía estética se ha convertido en una práctica común en la sociedad actual. Muchas personas acuden a este tipo de procedimientos para mejorar su imagen y sentirse mejor consigo mismas. Sin embargo, lo que muchas veces no se tiene en cuenta es el riesgo que conlleva cualquier intervención quirúrgica, incluso las más estéticas. Por desgracia, hay casos en los que las cosas no salen bien y se producen fallecimientos como consecuencia de la cirugía estética.
Los riesgos de la cirugía estética
Toda intervención quirúrgica conlleva un riesgo, y la cirugía estética no es una excepción. Aunque se trata de una práctica segura en la mayoría de los casos, existen algunas complicaciones que pueden producirse durante o después del procedimiento. Algunos de los riesgos más comunes incluyen infecciones, hematomas, sangrado excesivo, reacciones alérgicas a la anestesia, entre otros.
Pero además de estos riesgos comunes, existen otros que se relacionan directamente con la cirugía estética en sí misma. En muchos casos, las personas que se someten a este tipo de intervenciones tienen expectativas poco realistas sobre los resultados que se pueden conseguir. Cuando los resultados no cumplen con estas expectativas, pueden surgir problemas psicológicos, como la depresión o la ansiedad. También puede ocurrir que, en su afán por conseguir los resultados deseados, los pacientes lleguen a someterse a múltiples cirugías que aumentan el riesgo general de complicaciones.
La triste realidad de las fallecidas por cirugía estética
Como hemos mencionado anteriormente, la cirugía estética puede producir fallecimientos en algunos casos. La realidad es que esto ocurre con más frecuencia de lo que debería. A pesar de todos los avances tecnológicos y médicos, la cirugía estética sigue siendo una práctica difícil y arriesgada.
Los casos de fallecimientos por cirugía estética son especialmente alarmantes cuando se trata de personas jóvenes y saludables. En muchos casos, estas personas acuden a la cirugía estética para corregir pequeñas imperfecciones o mejorar su imagen. Pero lo que empieza como un proceso estético completamente inocuo, puede acabar siendo una auténtica tragedia para ellas y sus familias.
Cómo reducir el riesgo de fallecer por cirugía estética
Aunque la cirugía estética siempre conllevará un cierto riesgo, hay algunas cosas que se pueden hacer para reducirlo. Una de las claves es elegir un buen cirujano. Es importante buscar referencias, revisar su currículum, y comprobar que posee la certificación necesaria.
Otro factor que influye en el riesgo de fallecimiento es el procedimiento en sí mismo. Hay algunos procedimientos que son más seguros que otros. Por ejemplo, los procedimientos de rejuvenecimiento facial son menos arriesgados que las cirugías corporales, como el aumento de senos o la liposucción. Es importante que el paciente tenga en cuenta estos factores antes de tomar una decisión acerca de qué cirugía estética someterse.
En resumen, la cirugía estética puede ser una práctica segura en la mayoría de los casos. Sin embargo, siempre existe el riesgo de complicaciones, incluso fallecimientos. Es importante que las personas que se plantean someterse a este tipo de procedimientos sean conscientes de estos riesgos, y que hagan todo lo posible por reducirlos. La elección de un buen cirujano y el conocimiento de los procedimientos menos arriesgados son algunas claves para conseguirlo.